Según cifras compartidas por Fenaltiendas, el gremio que los representa, el país cuenta con aproximadamente 550.000 tenderos, quienes generan más de 1,8 millones de empleos directos. Además, unas 600.000 familias dependen directamente de este sector.

Contrario a lo que podría pensarse, la mayoría de las tiendas de barrio están lideradas por mujeres. El 52% de las tiendas en Colombia son administradas por ellas, y la edad promedio del tendero ronda entre los 43 y 44 años.

Este sector, que en su mayoría está presente en los estratos 1, 2 y 3, sigue siendo vital para las comunidades más vulnerables. Más del 95% de las tiendas están ubicadas en estos estratos, con un 40,85% en el estrato 1 y un 41,68% en el estrato 2. Fenaltiendas destaca que el comercio de barrio es una de las principales fuentes de ingresos para quienes devengan un salario mínimo en el país.

Sin embargo, el gremio tiene una preocupación importante: el impacto de la reforma tributaria. La industria de bebidas, que representa el 33% de los ingresos de los tenderos, podría verse afectada con el impuesto sobre las bebidas azucaradas.

Este segmento, en el que las tiendas de barrio son el principal distribuidor, concentra el 80% de las ventas de estas bebidas en el país. Según una encuesta de Fenalco, el 93% de los tenderos temían que la implementación de este impuesto cause una caída de hasta un 25% en sus ventas. Además, se calcula que hasta 11.000 tiendas podrían desaparecer con la medida.

La situación es aún más preocupante al considerar que, desde el inicio de la pandemia, el 44% de los tenderos ha reportado una caída del 40% en sus ventas, según Fenaltiendas. El panorama es incierto, pero lo que está claro es que las tiendas de barrio siguen siendo una pieza clave en la economía local y en la estabilidad de muchas familias colombianas.