El vinagre blanco, ese que muchas veces se usa solo para aliñar las ensaladas, es uno de los mejores aliados de la limpieza que las abuelas conocían y usaban con frecuencia. Económico, fácil de conseguir y sin químicos agresivos, este ingrediente puede ayudar a mantener tu tienda impecable, libre de bacterias y con un olor fresco y natural.

Una de sus principales ventajas es su poder desinfectante. Si se mezclan partes iguales de vinagre blanco y agua en un atomizador, se tendrá un limpiador multiusos perfecto para estantes, mostradores, vitrinas y cualquier superficie donde se acumule polvo o grasa. Además de limpiar, elimina olores desagradables y deja un brillo que hace que todo se vea más cuidado. Ideal para la zona donde exhibes los productos más vendidos o donde más tránsito hay.

En los pisos también es útil, agrega media taza de vinagre a un balde con agua y trapea como de costumbre. Verás cómo se intensifica la limpieza y desaparecen los malos olores que pueden quedar por el calor o la humedad. Incluso los trapos y baldes que a veces huelen mal después de varios usos pueden revivir si los dejas remojando con agua caliente y vinagre por unos minutos.

¿Tienes botellas retornables o tarros que debes lavar antes de entregar? El vinagre también sirve para desinfectar estos recipientes, eliminando residuos y olores sin necesidad de cloro. Solo déjalos en remojo con agua y un buen chorro de vinagre antes de enjuagar.

Lo mejor es que no necesitas gastar de más ni usar químicos costosos para que tu tienda se vea y huela bien. Este consejo de abuela sigue vigente y es ideal para quienes quieren mantener su negocio limpio, agradable y con ese toque casero que tanto valoran los clientes en una tienda.