Tener un extintor en la tienda no es suficiente, muchos tenderos lo cuelgan en una esquina como requisito o por costumbre, pero pocos saben si realmente funciona o cómo usarlo correctamente en caso de una emergencia. En locales pequeños donde se manejan productos inflamables, conexiones eléctricas, estufas y gas, un incendio puede propagarse en segundos. Por eso, más que un adorno, el extintor debe ser una herramienta lista para usarse y comprendida por quienes tienen uno.

Una de las primeras recomendaciones es verificar que el extintor esté en buen estado, esto significa revisar si tiene la presión adecuada y si su última recarga fue reciente. Lo ideal es hacer mantenimiento o recarga al menos una vez al año. También es clave que sea del tipo adecuado; para tiendas, se recomienda el extintor tipo ABC, que sirve para apagar fuegos causados por materiales sólidos (como papel o cartón), líquidos inflamables (como alcohol o aceites) y aparatos eléctricos.

La ubicación del extintor también hace la diferencia, debe estar en un lugar visible, señalizado y de fácil acceso. No sirve de nada tenerlo si está tapado por cajas o colgado muy alto. En caso de incendio, cada segundo cuenta y perder tiempo buscando el extintor puede tener consecuencias graves.

Pero más allá de tenerlo a la mano, lo más importante es saber usarlo. Para eso existe una técnica sencilla que puedes aprender y enseñar a tus empleados o familiares. Puntear (quitar el seguro), Apuntar (dirigir la boquilla a la base del fuego), Sujetar (con firmeza el extintor con ambas manos) y Soplar (presionar la manija y mover el chorro de lado a lado). Este paso a paso puede ayudarte a reaccionar con más calma y efectividad si alguna vez necesitas usarlo.

Tener un extintor funcional y saber cómo usarlo no es solo una medida de seguridad es un acto de responsabilidad con tu negocio, tu familia y tu comunidad. Evitar un incendio no siempre está en tus manos, pero estar preparado para enfrentarlo sí.