Antes de que llegaran los productos químicos de colores brillantes y efectos milagrosos, las abuelas ya sabían cómo dejar una casa reluciente. Su secreto no estaba en una gran marca, sino en tres ingredientes sencillos que seguro tienes en casa: vinagre, bicarbonato de sodio y limón.

Este trío mágico ha sido por generaciones un aliado infalible para la limpieza del hogar que sirve para múltiples métodos caseros de limpieza como destapar cañerías. Mezcla media taza de bicarbonato con una taza de vinagre blanco y viértelo por el desagüe, déjalo actuar por 15 minutos y luego echa agua caliente. Adiós a los malos olores y residuos.

También ayuda a eliminar olores de la nevera, coloca medio limón con clavos de olor o una taza pequeña con bicarbonato en un rinconcito del refrigerador. Absorberá los olores sin contaminar los alimentos. Para limpiar vidrios y espejos haz una mezcla de una parte de vinagre y una parte de agua, rocía con un atomizador y limpia con papel periódico. Para desinfectar superficie el limón es el mejor antibacterial por naturaleza., frótalo sobre tablas de picar, grifos o incluso la licuadora y verás cómo brilla todo.

Para la limpieza del microondas exprime medio limón en una taza con agua, caliéntalo en el microondas por tres minutos y luego limpia con un trapo. El vapor suaviza la grasa y deja un aroma fresco. Esta sabiduría popular, transmitida de generación en generación, no solo es útil hoy en día, sino que representa una forma de consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente. En tiempos en los que lo natural vuelve a cobrar valor, recordar y poner en práctica los remedios caseros de las abuelas puede ser un acto de sabiduría y conciencia.