Llevar una tienda no solo implica atender clientes y vender productos, también es importante saber cómo se mueve el dinero dentro del negocio. Aunque la palabra “contabilidad” puede sonar complicada, la verdad es que no se necesita ser contador para entender lo básico y organizar bien las cuentas.

La contabilidad básica ayuda a saber cuánto se gana, cuánto se gasta y si realmente se está teniendo un negocio rentable. Para empezar, solo se necesita una libreta o un cuaderno, lo fundamental es anotar todos los ingresos y egresos del día, lo vendido, lo pagado en proveedores, si se sacó dinero para gastos personales, si se pagaron servicios o una compra urgente para la tienda.

Una buena práctica es cerrar caja todos los días, es decir, hacer el resumen diario de entradas y salidas de dinero. Esto permite detectar errores a tiempo, saber si algún producto se está perdiendo o si se está vendiendo sin ganancia. También es clave tener claro el costo de cada producto y el precio de venta para poder calcular la ganancia real del tendero por unidad.

Otro aspecto importante es separar el dinero de la tienda del dinero personal. “Muchos tenderos cometen el error de mezclar el dinero del hogar o el dinero de bolsillo como le dicen, con el del negocio, esto les impide saber si realmente están ganando o perdiendo en sus tiendas” argumenta Estefany Sánchez, administradora de empresas. Lo ideal es tener dos bolsillos o incluso dos cuentas si se usan medios digitales.

Por último, si se cuenta con la ayuda de empleados o colaboradores, lo ideal es llevar el control de pagos, turnos y obligaciones. Si se maneja el método del fiado, se debe registrar sin falta quién debe, cuánto y desde cuándo. Recuerda que la contabilidad básica es una herramienta práctica para llevar el orden en las cuentas, es la base para tomar decisiones inteligentes, acceder a ayudas o créditos en el futuro y sobre todo para que tu tienda siga creciendo con solidez.