Cáscaras de naranja para perfumar tu tienda y espantar insectos

En la época de las abuelas cuando no existían aerosoles con nombres complicados ni insecticidas cargados de químicos, se recurría a lo natural, a lo que ofrecía la misma naturaleza sin costo alguno. Uno de esos recursos es la cáscara de naranja, lo que muchos hoy ven como simple desecho, antes se valoraba como un aliado infalible para mantener los espacios frescos, aromáticos y libres de insectos.

Hoy, ese conocimiento tradicional cobra más vigencia que nunca, especialmente para quienes tienen una tienda y buscan soluciones prácticas, económicas y saludables. Las cáscaras de naranja secas no solo ambientan tu tienda con un aroma cítrico y refrescante, sino que también actúan como un repelente natural contra insectos como mosquitos, zancudos y algunas hormigas.

Prepararlas es muy fácil, solo necesitas guardar las cáscaras después de consumir la fruta y dejarlas secar completamente al sol o en un lugar ventilado. Una vez secas, puedes distribuirlas en frascos abiertos, bolsitas de tela o pequeños recipientes. Colócalas en estantes, esquinas, cerca de las cajas, baños o en zonas donde has notado la presencia de insectos. Además de ser un ambientador natural, estarás ayudando a repeler plagas de forma segura.

Si quieres potenciar su efecto, puedes añadir clavos de olor, canela o unas gotas de aceite de naranja o eucalipto. Otra ventaja es que esta práctica ayuda a reducir residuos orgánicos, aportando así un granito de arena al cuidado del medioambiente. En tiempos donde la sostenibilidad es clave, reutilizar cáscaras es también un acto consciente y responsable.

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