En muchas tiendas es común que el olor de los productos, la humedad o incluso las frituras se mezclen en los estantes o en la nevera. Pero lo tradicional siempre tuvo un truco infalible para esto: El café en grano.

Más allá de darnos energía en las mañanas o acompañar nuestras charlas con los vecinos, el café tiene una propiedad especial, absorbe y neutraliza los malos olores. Por eso, muchas abuelas colocaban pequeños recipientes con café en grano o residuos del café ya colado en rincones estratégicos del hogar. Hoy, este consejo sigue más vigente que nunca y puede ayudarte a mantener tu tienda con un ambiente más fresco y agradable.

¿Tienes una nevera con olor a pescado o quesos fuertes? Solo necesitas poner dentro un frasco abierto con un poco de café seco y en cuestión de horas el ambiente mejora notablemente. ¿Los estantes cerrados o los cajones de productos tienen un aroma raro? Un puñado de café en una bolsita de tela o incluso un calcetín viejo bien limpio puede hacer maravillas. También puedes ubicarlo en el baño de la tienda o cerca del lavamanos, donde el aire se recarga fácilmente.

Además, si usas café todos los días, no tienes que gastar nada. Basta con secar bien los residuos del café colado y reutilizarlos para este fin. Solo recuerda cambiarlos cada cierto tiempo para que no pierdan efectividad. Este consejo de la abuela no solo es económico y ecológico, sino que también le da un toque cálido y familiar a tu tienda.