En las tiendas de barrio cada vez es más común encontrar algo más que productos empacados. Muchos tenderos están diversificando su oferta con preparaciones sencillas como tintos, tamales, empanadas o postres caseros que generan ingresos adicionales y fidelizan a los clientes y no se necesita una gran inversión, solo organización y capacidad de venta.

Martha Cedeño, tendera en el barrio Alfonso López, decidió empezar a vender tamales por encargo los fines de semana. “Yo hago los tamales por encargo, les ofrezco a los clientes cuando vienen a comprar cosas de la tienda y así me dejan 1 o 2, esa es una forma que yo tengo de recibir un dinero extra aparte de lo de la tienda””, cuenta. Dice que todo lo hace en su cocina, pero cuida que el área esté limpia, separada de los productos y usa envases etiquetados para evitar confusiones.

El consejo clave para empezar es elegir uno o dos productos que sean fáciles de preparar y tengan buena rotación. Puede ser una bebida (como jugo natural o café), algo de sal (como arepas o empanadas) o un postre (como arroz con leche). Lo ideal es que se preparen en casa con higiene, se sirvan en envases desechables o retornables y se vendan rápido para evitar pérdidas.

“Yo vendo empanadas a $2.000 y a veces las doy con el vasito de gaseosa por $2.500, dice don Jesús, tendero del barrio Las Palmas en Neiva. “Muchos llegan por empanadas en las mañanas y terminan comprando también lo del almuerzo o cosas de aseo” explica. Como él, muchos tenderos han descubierto que estos productos no solo aumentan las ventas, sino que refuerzan el vínculo con la comunidad.

Iniciar con productos preparados no requiere tener un restaurante. Basta con organización, limpieza, algo de sazón y muchas ganas y si los vecinos quedan contentos, la voz a voz hará crecer esa nueva línea de negocio que puede convertirse en una gran aliada de tu tienda.