Escoger bien los alimentos frescos es una de las claves del éxito de una buena tienda de barrio, no todo lo que se ve bonito está bueno por dentro y más de un tendero ha tenido pérdidas por llevar productos que luego no se venden porque se dañan rápido.

Las papas buenas se reconocen con la mano, no solo con los ojos. Deben estar firmes, sin manchas verdes ni brotes. Las que tienen partes blandas o están arrugadas ya han perdido calidad. Las verdes indican la presencia de solanina, una sustancia que puede ser tóxica si se consume en grandes cantidades. En las tiendas es útil tener variedad de papa pastusa para sancochos y criolla para fritar.

A la hora de escoger tomates, lo mejor es fijarse en que tengan un color rojo parejo y que estén firmes, pero no duros. Si están muy blandos o tienen manchas negras, ya pasaron su punto. Un truco casero es si el tomate huele a tomate, está bueno. Si no tiene olor, probablemente fue cosechado antes de tiempo. Los tomates muy maduros pueden usarse para salsas del día, pero no duran mucho en exhibición.

La cebolla cabezona debe sentirse pesada y firme. Si está blanda o tiene jugo en la base, se está dañando. Las cebollas moradas deben tener un color intenso y la cáscara bien adherida. En cuanto a la cebolla larga, conviene revisar que el tallo esté verde y fresco. Con los plátanos, depende del uso. Para los “pintones” lo ideal es que estén maduros, con cáscara amarilla y pintas negras. Para sancochos o frituras, deben estar bien firmes y verdes. Los plátanos demasiado maduros son muy dulces, pero también se dañan más rápido, por eso es mejor surtirse en cantidades pequeñas.

Y como consejo final, no todo lo barato sale bueno, es mejor comprar con calma, revisar bien los productos y llevar lo que realmente vale la pena. Una tienda que ofrece frutas, verduras y abarrotes de buena calidad no solo gana más clientes, sino que enseña al barrio a comer mejor. Tendero que aprende a escoger bien, gana doble, tiene menos pérdidas y más confianza del cliente.