En muchas tiendas de barrio y hogares, es común encontrar envases plásticos reutilizados para almacenar alimentos, bebidas o ingredientes de cocina. Sin embargo, cuando estos envases han contenido productos químicos como detergentes, desinfectantes, pesticidas o limpiadores industriales, su reutilización representa un riesgo grave para la salud.

El plástico de estos recipientes está diseñado exclusivamente para contener sustancias químicas y aunque se laven varias veces pueden quedar residuos invisibles que contaminen los alimentos. Estas sustancias pueden ser tóxicas si se ingieren, provocando desde molestias digestivas hasta intoxicaciones graves o efectos a largo plazo en la salud.

El peligro es aún mayor cuando los envases no llevan etiquetas claras, ya que otra persona podría consumir accidentalmente lo que se almacena creyendo que se trata de un alimento seguro. También es frecuente ver en tiendas que se reutilicen botellas de limpiadores para guardar aceites, jugos, vinagres o incluso agua. Esta práctica pone en riesgo tanto a los trabajadores del establecimiento como a los clientes.

Las autoridades sanitarias han sido claras al decir que los envases que originalmente estuvieron destinados a químicos no deben ser utilizados nuevamente con fines alimentarios. Ni siquiera un buen lavado garantiza la eliminación completa de residuos peligrosos. Además, el plástico sometido a ese tipo de sustancias puede deteriorarse y liberar compuestos nocivos al entrar en contacto con alimentos.

Para los tenderos, evitar esta práctica también es una forma de proteger su reputación y cuidar la salud de su comunidad. Utilizar recipientes diseñados para uso alimentario, debidamente rotulados y en buen estado, es una medida sencilla pero efectiva que demuestra compromiso con la seguridad del consumidor.