Las tiendas de barrio no solo venden productos de primera necesidad, también son una de las vitrinas publicitarias más poderosas y directas del país. Entre carteles coloridos, afiches pegados en paredes y estanterías rotuladas con logos reconocidos, la publicidad en estos pequeños negocios juega un papel clave en la conexión entre proveedores, marcas y consumidores.

Lejos de las costosas campañas digitales o los anuncios televisivos, las empresas proveedoras han entendido que promocionarse en las tiendas para llegar justo donde está su mercado que son en los barrios, con las personas del común y en el día a día de los hogares colombianos.

En Colombia, miles de marcas de productos de consumo masivo como bebidas, alimentos, productos de aseo y artículos personales utilizan las tiendas como puntos estratégicos de visibilidad. Desde afiches en las fachadas hasta neveras con logotipos y anuncios promocionales, la presencia de marca en estos espacios forma parte de una estrategia de mercadeo efectiva y de bajo costo.

Para muchos tenderos, esta publicidad no solo embellece su tienda y le da un aire más moderno o profesional, sino que también representa beneficios ya que algunos proveedores les entregan refrigeradores en comodato, señalética, mobiliario, materiales POP (punto de venta) e incluso descuentos por exhibición preferencial de sus productos.

Visibilidad que influye en la decisión de compra

El consumidor que entra a una tienda de barrio muchas veces no llega con una lista precisa. A veces, decide qué llevar en el momento, influenciado por lo que ve. De allí que la visibilidad de una marca en neveras, vitrinas o estantes tenga un impacto directo en la decisión de compra.

Lejos de ser invasiva, esta publicidad es funcional, práctica y reconocida por los clientes, quienes la asocian con cercanía y disponibilidad. A diferencia de otros formatos publicitarios, aquí el mensaje está acompañado de la posibilidad inmediata de adquirir el producto, lo que la convierte en una de las formas más efectivas de promoción.

Esta forma de publicidad genera beneficios tanto para los proveedores como para los tenderos ya que las marcas logran posicionarse y aumentar ventas, mientras los dueños de tienda reciben apoyo en infraestructura, mejoran la presentación de sus locales y fortalecen su relación comercial con los distribuidores.