En lo que va del 2025, los reportes del Ministerio de Salud han encendido alertas en varias regiones del país por el aumento de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y especialmente la fiebre amarilla. Por eso, es clave reforzar las medidas de prevención desde todos los frentes, incluyendo las tiendas de barrio.

Los tenderos por su cercanía con la comunidad cumplen un rol importante en la promoción de prácticas saludables. Desde su mostrador pueden ayudar a prevenir la propagación de los mosquitos que transmiten estas enfermedades y también orientar a sus vecinos para protegerse mejor. Un primer paso es mantener limpia y libre de criaderos toda la zona alrededor del local. Esto significa eliminar aguas estancadas en baldes, materas, tapas, canaletas y botellas vacías donde los zancudos suelen poner sus huevos.

Otro aspecto clave es promover la vacunación contra la fiebre amarilla. Aunque en muchas zonas ya es requisito para viajar, aún hay personas que no están protegidas. El tendero puede informar a sus clientes sobre los puntos de vacunación más cercanos o, si cuenta con espacio, colaborar en campañas comunitarias con apoyo del centro de salud del barrio.

En la tienda también se pueden vender o regalar pequeños repelentes naturales, como el de clavos de olor. Además, colocar toldillos, usar ventilación adecuada y tapar los tanques o baldes de agua es una medida doblemente útil ya que previene la propagación del mosquito y mejora la higiene en general del local.

Si la tienda está cerca de una escuela, una cancha o una zona común, el tendero puede aprovechar para compartir mensajes de prevención con los niños, jóvenes y familias que lo visitan a diario. Algo tan sencillo como un afiche o una conversación ayuda a difundir que la salud pública empieza por acciones cotidianas.