En las tiendas de barrio es común que los tenderos deban dividir su atención entre atender a los clientes y preparar sus alimentos. En este trajín, muchos se enfrentan al mismo dilema de que el arroz se pega o se pasa por descuidarlo un par de minutos. Sin embargo, con un truco sencillo y efectivo, este problema puede evitarse sin necesidad de abandonar el mostrador o descuidar la cocina.

El primer paso clave está en el lavado del arroz. Antes de cocinarlo, es fundamental enjuagarlo varias veces hasta que el agua salga clara. Esto elimina parte del almidón que provoca que el arroz se apelmace y se pegue durante la cocción. Esta tarea puede hacerse en los momentos más tranquilos del día e incluso dejar el arroz lavado y escurrido para tenerlo listo.

Luego, al momento de cocinarlo, la proporción de agua es crucial. Una medida estándar que nunca falla es usar dos tazas de agua por cada taza de arroz, aunque esto puede variar levemente según el tipo de grano. Una vez agregado el agua y un poco de sal al gusto, se lleva la olla al fuego alto hasta que el agua comience a hervir.

Aquí viene el truco, una vez que el agua hierve y el arroz comienza a absorber el líquido, se debe bajar el fuego al mínimo, tapar bien la olla y dejarlo allí sin moverlo durante unos 15 a 20 minutos. Este paso permite que el arroz se cocine con el vapor sin necesidad de estarlo vigilando todo el tiempo, lo que da espacio para continuar atendiendo la tienda sin riesgo de que se queme o se pase. Con estos simples pasos, cualquier tendero puede evitar el desperdicio de arroz, mantener su comida en buen estado y seguir brindando la mejor atención a sus clientes.